
¡Ya estás aquí, Mateo!
Perdón por la demora en escribirte, hace cinco meses y seis días que te encuentras entre nosotros. Has llegado a una casa donde el sol entra a raudales, donde el viento se cuela por todos los sitios, y donde habita la alegría.
En tu casa Mateo ya se ha hecho sentir el llanto de una niña, el de tu hermana Catalina. La han escuchado los pájaros y por las tardes la imitan. Te lo cuento, porque yo los he oído. Así que cuando escuchen el tuyo, tal vez reconozcan el sonido, o se detengan a preguntarse: “¿Qué pasa aquí? ¿Es el llanto de la misma niña…porqué suena distinto? Y entonces como los pájaros son muy curiosos, te lo digo porque lo he comprobado, es casi seguro que tratarán de asomarse a la ventana para ver quién llora de esa manera. Y allí descubrirán que el llanto distinto que escuchan sale de tu boca. Y entonces te imitarán. Unirán sus trinos a tu llanto y crearán una bonita melodía. Porque ellos de esas cosas saben un mucho. Son los verdaderos músicos del mundo. Y cuando tú seas mayor podrás cantar tu propia melodía. Porque los pájaros, niño mío, son muy generosos y van por la vida regalando lo más bonito para el alma, la música.
En tu casa Mateo habita el sol, la música, la alegría, y la creatividad.
¡Cuántas palabras raras te dice tu abuela!
Hoy porque eres muy pequeñajo pero cuando pasen los días y poco a poco te hagas mayor y aprendas a leer, podrás leer esta carta. Por eso te escribo, para cuando ya no pueda contarte un cuento de verdad, tengas algunas palabras de esta abuela que te esperó un día 9 de noviembre en un pasillo de una clínica muchas horas. Estaba yo allí, sola en esos momentos pensaba en el milagro de tu llegada. Y las preguntas rondaban en mi cabeza.
Hoy todas esas preguntas tienen respuestas, como toda persona que llega a este mundo eres único e irrepetible.
Hoy todas esas preguntas tienen respuestas, como toda persona que llega a este mundo eres único e irrepetible.
Te quiero, Mateo, y deseo vivir contigo muchos días de amor. Como los he vivido con tu hermana Catalina.
Un beso muy gordo de esta abuela que piensa mucho en ti.
Un beso muy gordo de esta abuela que piensa mucho en ti.
2 comentarios:
GRACIAS ABUELA!!!! a mamá por supuesto que le cayeron lágrimas...
Soy muy observador, voy a ver los pájaros en cualquier momento y alguién me explicará qué son.
Y esto lo leeré solito dentro de unos años. Besos de Mateo
Besos gordos para ti,"anónimo". Y sé que le ayudarás a leer esta carta, porque el corazón me dice que me quieres y le hablarás bien de mi.
te quiero.
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