lunes, 4 de enero de 2010

Muros, locura humana

¿Cuántos muros han hecho levantar algunos hombres? Sé de muros de argamasa, de tablas de madera, de alambre, simple alambre como el de los corrales de gallinas.
Muros de ladrillos que separan barrios, muros de alambre en las orillas del mar. En el año 1989 cae el muro de Berlín, parecía que terminaba esta idea terrible del hombre de crear separaciones. Ya nadie más hablaría de esas cosas, ya podíamos olvidarnos de dividir.
Pero allí sigue el gran muro que separa Palestina de Israel. Un muro que costó millones de dólares. Este es el muro de la mayor vergüenza humana.
Hay un muro de la mirada y el silencio, en la frontera entre México y Estados Unidos. Tres muros paralelos de cinco metros de altura. Algunas familias, pocas, se miran y tratan de conversar mediante gestos con las personas que están del otro lado ... a 300 metros.
En la ciudad de Melilla nació un muro que fué creciendo en altura y peligro por las púas. Hoy tiene seis metros de alto. A este muro un hombre "pensante" le incorporó cuchillas en la parte superior que causaban terribles heridas.
En el año 2007 las eliminaron, pero el muro sigue allí.
Hay muros dentro de ciudades, en Bagdad, el ejército de Estados Unidos levantó varios para dividir las comunidades chiítas de las sunitas.
Italia también colabora en esta lista macabra, en la ciudad de Padua se aisló un barrio de inmigrantes africanos.
Y Río de Janeiro aisla a sus favelas con muros.
En Belfast, en nombre de la Paz y de Dios, católicos y protestantes afean la ciudad con muros cargados de miedo.
En Argentina han crecido como hongos, los barrios guetizados voluntariamente por miedo a los ladrones, o los secuestrdores. Gente divididas, imposibilitadas de toda relación humana normal con sus vecinos.
Y en estados Unidos miles de ricos jubilados se encierran en las gated communities, comunidades cerradas. Y allí se creen seguros, vigilados las 24 hs. del día.
Muros de la vergüenza y de la poca o nada generosidad. Muros con los que quieren tapar la palabra igualdad.
Sin embargo y aunque la cifra de muros que contiene la tierra es enorme, los hombres se siguen moviendo, inmigrando.
Parece mentira pero aún quedamos algunas personas que seguimos pensando que otra vida es posible.

3 comentarios:

Marina dijo...

si... somos varios los que pensamos que es posible otra forma de emprender la vida en este mundo... pero no creo que ni tu, ni yo la veamos!

Anónimo dijo...

DESDE DONDE ESTÉ VERÉ CAER LOS MUROS, TE LO ASEGURO. Y CANTARÉ ENTONCES POR LA GLORIA DE LOS POCOS. NO ES UN SUEÑO ES UN CONVENCIMIENTO. QUIERO CREERLO ASÍ.
ASÍ SEA.

New York dijo...

Abuela! me aburro pepinillos!!! jajjajaja